domingo, 6 de mayo de 2012

Gran Maestre (Freehand) [II]




Deus Vult. Dios Lo Quiere.

Este es el lema que impregnó la guerra santa en la edad media cuando el papa Urbano II declara la primera cruzada en el Concilio de Clermont en el año 1095 y he decidido ponerlo como título de la figura del gran maestre ya que resume el espíritu de las luchas por la liberación de los Santos Lugares.


Mientras pintaba al gran Maestre se me planteaba qué hacer con la peana y qué tipo de placa ponerle a la figura. Pensé que hacer un pergamino con el título estaría bien pero sería complicado conseguir papel y letras para ello. Indagando en la red aparecían libros antiguos con sus preciosas letras capitulares y la tentación de hacer una letra de esas tan historiadas y espectaculares sería un buen contrapunto a la sobriedad de la figura. 

Podríamos aplicar la definición de capitular a la letra que aparece al comienzo de una obra, capítulo o párrafo y que tiene un tamaño sustancialmente mayor que las letras mayúsculas y minúsculas que la acompañan en el texto.

Al realizar el cojín, que considero un éxito personal, me convencí de que podría hacer una pequeña filigrana a mano alzada y aquí está, es muy espectacular o por lo menos a mi me lo parece pues el resultado está muy por encima de lo que creía iba a conseguir.
 
Comienzo recortando una pieza de plasticard de 50x30 mm a la que le doy forma con calor para simular las dobleces del papel y hago pequeños cortes para imitar un pergamino antiguo.
A continuación, imprimo y pinto de color ocre la pieza.
El primer trabajo, y para mi el más costoso, es imitar el papel viejo haciendo infinidad de colores que oscurecen el papel en los bordes y se aclaran en el centro. Usaremos muchos colores dados con extremo cuidado para no hacer un tutti-frutti, usando rojos, verdes, azules y amarillos para enriquecer la gama de ocres del color base.


Terminado esto paso a dibujar el diseño elegido. La letra "D" capitular no es original sino que la he encontrado en la red, y sólo hago pequeños cambios para adaptarlo a las dimensiones de mi placa. El resto de letras también las encontré en internet y es sencillo encontrar alfabetos diversos de escritura medieval.
Con todo hago un dibujo previo a lápiz para evitar que la improvisación me lleve a tomar decisiones incorrectas para una buena consecución del trabajo.


Como dije en el cojín del gran maestre, es fundamental ir con cuidado pero no intento que quede perfecto desde el principio. Por ahora me permito errores y trazos incorrectos que podré ir corrigiendo más adelante. Lo fundamental al principio es tener el encaje en su sitio y ver que los colores son adecuados.
Encaje del diseño

Primeros trazos de color y formas vegetales. Compruebo que los colores son correctos


Sigo dando forma y perfilando el dibujo, dando luces y sombras de forma básica a la letra.


Aquí tengo la letra casi terminada con los motivos vegetales en sus colores básicos

Terminaré aplicando perfilados, luces y sombras más sutiles para definir mejor el dibujo.
A estas alturas he ido corrigiendo los trazos dados. No terminaré de hacerlo hasta el último momento.
Relleno de pintura dorada el fondo de la letra capitular

Relleno las letras y corrijo todo lo manchado en el pergamino. En el último momento veo que necesito poner algun motivo en la parte baja porque queda algo descompensada la composición.


La pieza terminada, sólo queda colocarla en la peana y a lucir la figura.

 Tengo que decir que pintar una pieza como esta está al alcance de mucha más gente de la que podría esperarse ya que considero que no se necesita una habilidad especial y sí conocimientos y, sobre todo, paciencia para no esperar resultados inmediatos. No hay que tener miedo a ser crítico con el dibujo y corregirlo siempre que no estemos satisfechos del todo con el resultado. En definitiva, es más una cuestión de trabajo que de habilidad.

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