Deus Vult. Dios Lo Quiere.
Este es el lema que impregnó la guerra santa en la edad
media cuando el papa Urbano II declara la primera cruzada en el Concilio de
Clermont en el año 1095 y he decidido ponerlo como título de la figura del gran
maestre ya que resume el espíritu de las luchas por la liberación de los Santos
Lugares.
Mientras pintaba al gran Maestre se me planteaba qué hacer
con la peana y qué tipo de placa ponerle a la figura. Pensé que hacer un pergamino con el título estaría bien pero
sería complicado conseguir papel y letras para ello. Indagando en la red
aparecían libros antiguos con sus preciosas letras capitulares y la tentación
de hacer una letra de esas tan historiadas y espectaculares sería un buen
contrapunto a la sobriedad de la figura.
Podríamos aplicar la definición de capitular a la letra que
aparece al comienzo de una obra, capítulo o párrafo y que tiene un tamaño
sustancialmente mayor que las letras mayúsculas y minúsculas que la acompañan
en el texto.
Al realizar el cojín, que considero un éxito personal, me
convencí de que podría hacer una pequeña filigrana a mano alzada y aquí está,
es muy espectacular o por lo menos a mi me lo parece pues el resultado está muy
por encima de lo que creía iba a conseguir.
Comienzo recortando una pieza de plasticard de 50x30 mm a la
que le doy forma con calor para simular las dobleces del papel y hago pequeños
cortes para imitar un pergamino antiguo.
A continuación, imprimo y pinto de color ocre la pieza.
El primer trabajo, y para mi el más costoso, es imitar el
papel viejo haciendo infinidad de colores que oscurecen el papel en los bordes
y se aclaran en el centro. Usaremos muchos colores dados con extremo cuidado
para no hacer un tutti-frutti, usando rojos, verdes, azules y amarillos para enriquecer
la gama de ocres del color base.
Terminado esto paso a dibujar el diseño elegido. La letra
"D" capitular no es original sino que la he encontrado en la red, y sólo hago
pequeños cambios para adaptarlo a las dimensiones de mi placa. El resto de letras también las encontré en internet y es sencillo encontrar alfabetos diversos de escritura medieval.
Con todo hago un dibujo previo a lápiz para evitar que la improvisación me lleve a tomar decisiones incorrectas para una buena consecución del trabajo.
Con todo hago un dibujo previo a lápiz para evitar que la improvisación me lleve a tomar decisiones incorrectas para una buena consecución del trabajo.
Como dije en el cojín del gran maestre, es fundamental ir
con cuidado pero no intento que quede perfecto desde el principio. Por ahora me
permito errores y trazos incorrectos que podré ir corrigiendo más adelante. Lo
fundamental al principio es tener el encaje en su sitio y ver que los colores
son adecuados.
Encaje del diseño
Primeros trazos de color y formas vegetales. Compruebo que los colores son correctos
Sigo dando forma y perfilando el dibujo, dando luces y sombras de forma básica a la letra.
Aquí tengo la letra casi terminada con los motivos vegetales en sus colores básicos
Terminaré aplicando perfilados, luces y sombras más sutiles para definir mejor el dibujo.
A estas alturas he ido corrigiendo los trazos dados. No terminaré de hacerlo hasta el último momento.
Relleno de pintura dorada el fondo de la letra capitular
Relleno las letras y corrijo todo lo manchado en el pergamino. En el último momento veo que necesito poner algun motivo en la parte baja porque queda algo descompensada la composición.
La pieza terminada, sólo queda colocarla en la peana y a lucir la figura.
Tengo que decir que pintar una pieza como esta está al
alcance de mucha más gente de la que podría esperarse ya que considero que no
se necesita una habilidad especial y sí conocimientos y, sobre todo, paciencia
para no esperar resultados inmediatos. No hay que tener miedo a ser crítico con
el dibujo y corregirlo siempre que no estemos satisfechos del todo con el
resultado. En definitiva, es más una cuestión de trabajo que de habilidad.
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